Estamos en verano y muchos ¡nos vamos de vacaciones! En el DermoBotiquin incluiremos:

  En primer lugar cuidaremos la piel protegiéndola del sol. En un botiquín de viaje nunca debería faltar un fotoprotector, como mínimo. El producto va a depender del lugar al que viajemos, de las características de la piel del usuario y de sus preferencias. Recomendaremos productos con alta protección e insistiremos mucho en la cantidad y el modo de utilización: aplicar media hora antes de la exposición, una cantidad adecuada -mejor ser abundantes-, sin olvidar las zonas “escondidas” como empeines, orejas, nuca, …, reaplicarlo cada 2 o 3 horas y después de secarse con la toalla o de un baño largo, etc.  Además de la piel, debemos proteger el cabello, que sufre y se castiga muchísimo en esta época por el efecto del sol, el agua salada, el cloro de las piscinas, … Recomendaremos un spray protector específico para cabello que además lo hidratará y evitará en parte el castigo.  Para después del sol, recuperaremos la piel con un producto aftersum y el cabello con una buena mascarilla.

 En este DermoBotiquín tampoco puede faltar un repelente de insectos. Según la zona recomendaremos el producto cuya composición se adapte mejor a los insectos autóctonos, no es lo mismo un viaje de playa al caribe que unas vacaciones haciendo el Camino de Santiago. En este último caso además de los mosquitos nos preocuparemos de que el producto sirva para garrapatas, pulgas, … Si viajamos al caribe nos preocuparemos de que proteja contra todos los tipos de mosquito.

También puede ser necesario incluir un producto antirozaduras, sobre todo si vamos a caminar mucho o a practicar deportes. Este producto, tanto en barrita como en gel, resulta muy eficaz, útil y de fácil aplicación, solamente hay que recordarles que se lo apliquen antes en las zonas donde es probable que nos rocemos. También sirve para las sandalias.

 No olvidemos recomendar un producto todoterreno regenerante, cicatrizante y calmante tipo Cicabio de Bioderma, y una crema para tratar posibles fallos de los repelentes, reacciones alérgicas, quemaduras, …

 Y por supuesto, una buena hidratación facial y corporal, porque con el sol, la playa, el aire acondicionado, estar al aire libre, etc se reseca mucho la piel.