Por qué proteger los ojos del sol?
El sol es fundamental para que exista vida, es imprescindible para que nuestro organismo sintetice vitamina D, pero el abuso del sol puede producir daños en nuestro cuerpo al que no son ajenos nuestros ojos. Todos somos conscientes que en el verano estamos bajo el sol más tiempo del deseable, por ello protegemos nuestra piel, evitamos las horas de máxima exposición y sabemos que, aún bajo las nubes, la luz ultravioleta va afectando nuestra piel. Pero no todos somos conscientes de que el sol daña la piel más sensible de nuestro cuerpo: la de nuestros ojos.
Ante una exposición sin protección, se puede producir daños a corto plazo que provocan conjuntivitis, queratitis, irritación, enrojecimiento, sensación molesta, en algunos casos visión borrosa y dolor, pero además se favorecen daños a largo plazo, debidos al efecto acumulativo de la radiación ultravioleta, que afecta principalmente a tres partes de nuestro ojo:
Córnea: Produce queratitis por quemaduras y enrojecimiento, que a veces atribuimos al cloro de la piscina o a la sal del agua del mar.
Cristalino: Ocasiona envejecimiento prematuro y aparición más temprana de lo habitual de las cataratas, por exposición prolongada al sol.
Retina: Se afecta a las capas celulares de ésta, produciendo degeneración macular y daños visuales irreversibles.
No todos los ojos reaccionan de la misma manera, y debemos tener en cuenta que factores como la edad pediátrica, el color de ojos claro y la cirugía ocular previa, pueden aumentar la susceptibilidad a padecer estos problemas.
Recomendaciones de tu farmacéutico
- Utilizar gafas de sol adecuadas, que deben reunir una serie de requisitos imprescindibles de seguridad y de filtrado adecuado de las radiaciones perjudiciales.
- Adquirir las gafas de sol en establecimientos sanitarios, con las adecuadas garantías, indicadas en su etiqueta, entre otras marcado CE, indicaciones de uso y cuidados, tipo de filtro.
- Comprobar que las gafas no presenten aristas, ni lentes arañadas o deformadas, que produzcan aberraciones y/o alteraciones cromáticas.
- Tener especial cuidado con los niños y adolescentes, ya que su ojo está en formación y el cristalino que tiene una importante función de filtrado de la luz ultravioleta no está perfectamente formado. No vale comprarnos unas gafas de moda y de marca para nosotros y para los niños unas de juguete.
- Evitar las horas de máxima insolación, en especial en deportistas y en trabajadores que desempeñan su trabajo al aire libre y usar una gafa de sol adecuada a estas circunstancias, que además son un factor añadido de protección ante cualquier impacto en estas actividades.
- Extremar la protección pacientes que han sido sometidos a cirugías oculares.
- Protegernos especialmente con gafas de sol polarizadas de las superficies que reflejan la luz solar, como el mar o la arena clara.
- Vigilar el uso de algunos medicamentos antihistamínicos, antibióticos, quimioterápicos, anticonceptivos, antipsoriásicos y tranquilizantes.
- Finalmente, tener en cuenta la tonalidad de las lentes, unas lentes muy oscuras, pero de mala calidad no nos protegen de las lesiones ocasionadas por el sol, porque sólo afectan a la luz visible y no a la ultravioleta, sin embargo unas lentes claras pero de buena calidad filtran la luz ultravioleta adecuadamente. Además las lentes oscuras, pero de mala calidad harán que se dilate más nuestra pupila y penetre aún más la luz ultravioleta en nuestros ojos.